Hay días que hacer la crónica no es tan apetecible, pero soy un profesional y aquí estoy, a las duras y las maduras. Si Pablo pudo relatar una trabajada derrota, yo no quiero ser menos. Pero las diferencias han sido sutiles respecto a la semana pasada. La actitud no ha sido la misma, nos ha faltado concentración, precisión, tranquilidad y control del balón, y nos ha sobrado precipitación, errores en pases fáciles, desánimo, desesperación, pérdidas de balón...
De hecho, todos hemos visto lo que nos ha ocurrido y creo que más o menos estaremos todos de acuerdo que el partido lo hemos perdido nosotros solos, ante un rival que, una vez más, nos ha vuelto a ganar con las mismas armas de siempre: nos han cerrado los espacios en ataque con una línea de cuatro defensas muy retrasada, y colocando un quinto "defensor-sombra" sobre Enric. Han puesto un doble pivote en el mediocampo y su juego en ataque se ha limitado a mandar pelotas en profundidad, a las espaldas de nuestra defensa, sobre sus dos delanteros jóvenes y rápidos. Nos han hecho correr y han sabido ser más eficaces que nosotros.
La primera parte ha empezado más o menos correctamente, y en los veinte últimos minutos hemos cedido en control del mediocampo al rival. Es cierto que se han alternado claras ocasiones por ambas partes, pero los porteros han estado muy bien. El gol al inicio del segundo tiempo nos ha roto anímicamente dado que ya teníamos la sensación que las cosas no nos estaban saliendo bien. Las pérdidas de balones fáciles y la bajada de ritmo nos ha condenado, y ha llegado su segundo gol de jugada personal. Un tercer gol de falta directa muy bien ejecutado (Xavi casi casi la para, pero el palo no ha ayudado esta vez...) y un cuarto que no he podido ver han servido para que bajaramos totalmente los brazos.
Hoy no hay 1 x 1, porque todos hemos jugado por debajo de nuestras posibilidades, algunos más que otros, es cierto, pero el resultado ha sido que, como equipo, hemos estado mal. No hemos sabido posicionarnos bien en el campo, hemos caído una vez más en su trampa, y hemos perdido.
Un año más nuestras ilusiones coperas se desvanecen. Hoy ha sido uno de esos días en que nada ha salido como esperábamos. Pero toca levantarse, tras dos derrotas consecutivas ante buenos rivales debemos enderezar el rumbo y demostrar nuestro verdadero potencial, ese que nos ha hecho jugar bien y ganar tantos partidos.
Y que mejor manera que hacerlo frente al temible Dynamo: será una prueba de fuego de la que saldremos victoriosos, estoy seguro. Aún nos queda la Liga, y daremos guerra hasta el final. ¡¡¡Ánimo Fisios!!!
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